by Maribel Nuñez
La encarnizada lucha por el control de Endesa va camino de marcar un antes y un después en el panorama europeo de las fusiones transfronterizas, de abrir definitivamente la espita a un proceso —el de la integración de compañías de diferentes países— que siempre se ha considerado la asignatura pendiente del mercado único. Nunca hasta hora una compañía se había visto sometida a un «asedio» semejante por parte de empresas de varios países de la UE, con aderezo político incluido, intervenciones de todo tipo de reguladores, opas, contraopas, procesos judiciales, asesores, abogados e incluso detectives privados.
El caso puede entrar en el libro de los récords por el dinero que los contendientes han gastado en la batalla, o por las diferentes formas de interpretar la legislación vigente, dependiendo de quién sea el interesado. La Unión Europea está revuelta estos días, cuando debería dedicarse tan sólo a las celebraciones, pues precisamente hoy se cumplen 50 años de la firma del Tratado de Roma que dio origen al ambicioso proyecto. Tanto se ha insistido desde la Comisión Europea en que se cree un auténtico Mercado Interior Europeo que parece que algunas empresas empiezan a apostar por él. Y de qué forma.
El caso puede entrar en el libro de los récords por el dinero que los contendientes han gastado en la batalla, o por las diferentes formas de interpretar la legislación vigente, dependiendo de quién sea el interesado. La Unión Europea está revuelta estos días, cuando debería dedicarse tan sólo a las celebraciones, pues precisamente hoy se cumplen 50 años de la firma del Tratado de Roma que dio origen al ambicioso proyecto. Tanto se ha insistido desde la Comisión Europea en que se cree un auténtico Mercado Interior Europeo que parece que algunas empresas empiezan a apostar por él. Y de qué forma.
Consolidar el Mercado Interior
La encarnizada batalla que mantienen la alemana E.ON y la italiana Enel —acompañada ésta por Acciona— parece, sin embargo, tan sólo la punta del iceberg de una oleada de opas y proyectos de fusión que recorre toda la Unión Europea, en lo que supone la plasmación real de que el mercado interior europeo comienza a consolidarse de verdad, esta vez sí, aunque sea a base de opas hostiles. Es, sin duda, la hora de las empresas.
Desde que en febrero de 2006 E.ON comenzara la lucha por Endesa, el sector eléctrico es uno de los que más portadas de periódicos económicos europeos ha protagonizado por sus movimientos corporativos.
Mientras tanto, los accionistas de la eléctrica presidida por Manuel Pizarro se frotan las manos con las ganancias que han obtenido hasta ahora con todos estos movimientos. Sus acciones han más duplicado el valor desde que Gas Natural desatara las hostilidades.
El aliado de la gasista catalana en sus primeros pasos en aquella frustrada opa, Iberdrola, optó pronto por otros mercados y protagonizó una fusión amistosa «de libro», a punto ya de completarse, con la británica Scottish Power. El resultado de la misma será la tercera mayor eléctrica de Europa por valor de mercado.
La construcción, otro de los sectores más pujantes de la economía europea, tampoco se ha quedado al margen de estos vaivenes. Esta misma semana el grupo español ACS anunciaba que daba su gran salto internacional con la toma del control de la empresa alemana del mismo sector Hochtief, la tercer constructora del mundo, por 1.264 millones de euros. La empresa de Florentino Pérez tendrá así el 25,1% de la sociedad alemana, que le supone una valiosísima plataforma de entrada en Estados Unidos, Europa central, Australia y Sudeste asiático, principales áreas en las que trabaja la empresa germana.
ABN Amro-Barclays
En el sector bancario, por su parte, hemos asistido al principio de acuerdo entre el banco holandés ABN Amro y el británico Barclays para unirse y crear juntos un «gigante europeo», el número dos del ranking financiero de la UE.
Desde el año 2004 la banca europea ha experimentado muchas operaciones de fusión y adquisición pero ninguna de este tamaño. Además, existen rumores de que otras entidades, entre la que podría estar la francesa BNP-Paribas, los británicos HSBC y Royal Bank of Scotland o el Santander, podrían estar estudiando entrar en la puja para hacerse con la saneada entidad holandesa, la número uno del país.
El comisario europeo de Mercado Interior, el británico Charlie McCreevy, insiste desde hace años en que la banca europea está fragmentada con lo que no puede competir en igualdad de condiciones con los gigantes norteamericanos como Citigroup, Bank of America o JP Morgan Chase.
Tabaqueras: cruce de humos
En las tabaqueras también hay movimiento, ya que la británica Imperial Tobacco se ha lanzado —amistosamente, eso sí— a por la hispano-francesa Altadis. Esto, no queda ahí, sino que los mercados especulan con la posibilidad de que Altria, la grande del sector, pudiera entrar en la batalla con el lanzamiento de una oferta por la británica, ya que no podría hacerse con la empresa resultante de una hipotética fusión de las dos porque tendría problemas con los servicios de Competencia.
La Bolsa, además, parece apostar por la opción de que alguien se quede con Altadis, ya sea Imperial Tobacco o cualquier otra, ya que desde que se anunció la intención de la tabaquera británica las acciones de la empresa hispano-francesa no han dejado de subir, tanto en la Bolsa de Madrid como en la de París. La solución, a partir de mañana.
El sector turístico, como no podía ser de otra forma, no se ha quedado tampoco al margen de estas oleadas de fusiones y adquisiciones.
El lunes pasado, en contra de todo pronóstico, el gigante alemán TUI anunciaba que compraba a su competidor británico First Choice. La unión de ambos dará lugar al número uno del sector en Europa con una cifra de negocio próxima a los 18.000 millones de euros y un resultado de explotación, según los estudios proforma, de 809 millones de euros. La empresa resultante, que se llamará TUI Travel, tendrá la sede en Londres y será en un 51% de los alemanes y en un 49% de los británicos.
En esta ocasión también el anuncio ha recibido el beneplácito de los mercados bursátiles, que no han dudado en dar la bienvenida a la operación con subidas en los títulos de ambas empresas del entorno del 10% en los días siguientes al anuncio.
El turismo se fusiona
Además, este movimiento de integración en el sector se produce tan sólo un mes después del que protagonizaron Thomas Cook y MyTravel, alemán y británico respectivamente.
Todo parece indicar que estos dos movimientos corporativos, entre TUI y First Choice y Thomas Cook y MyTravel respectivamente, apuntan a que los dos principales mercados emisores de turistas, Reino Unido y Alemania con alrededor de 37 millones de personas que salen cada año de cada uno de estos dos países en busca del sol que no tienen en casa, han decidido tomar las riendas del sector y diseñarlo a su medida.
Esto quiere decir, entre otras cosas, que seguirán apostando por la integración vertical, lo que supone que la misma empresa transporta a los turistas, los aloja en los hoteles y les proporciona los servicios de restauración durante sus estancias vacacionales, con lo que la misma empresa se garantiza toda la cadena de aprovisionamientos, así como los beneficios.
La otra cara de la moneda de la creación de estos «gigantes» es que los proveedores, en muchas ocasiones empresas españolas que dan servicios a estos millones de turistas alemanes y británicos que cada año visitan nuestro país, verán disminuida su capacidad negociadora frente a estas enormes empresas.
Las aerolíneas, en pista de salida
En aviación, un sector delicado por los muchos intereses estratégicos de cada uno de los países que tienen detrás las principales compañías de bandera,también empieza a haber marejada.
El pistoletazo de salida se ha dado también esta misma semana en Bruselas, con el histórico acuerdo del Consejo de Ministros de Transportes de la UE sobre «cielos abiertos» entre Europa y Estados Unidos. Detrás de este rimbombante término de «cielos abiertos» hay un proyecto para liberalizar el transporte aéreo a ambos lados del Atlántico, lo que supondrá, entre otras cosas, que aumentará el tráfico entre ambas zonas del mundo gracias a una mayor competencia fruto de que se podrá volar desde la UE a Estados Unidos desde cualquier punto de Europa, y sin que sea necesario partir del país de origen de la aerolínea, como sucede en la actualidad.
Las nuevas posibilidades de este acuerdo, según los analistas, hacen que muchas miradas se hayan vuelto hacia Iberia, o lo que es lo mismo, que otras aerolíneas europeas piensen en tomar posiciones o aumentar las que tienen en la aerolínea de bandera española.
Todo apunta a que Lufthansa podría estar interesada en entrar en Iberia a pesar de que, en principio, sería British Airways la que lo tendría más fácil ya que controla ya un 10% del capital de la empresa española.
Además el acuerdo facilita también las operaciones corporativas entre aerolíneas de un lado y otro del Atlántico, aunque de momento en condiciones de desventaja para las europeas, ya que, aunque comprasen más del 50% de las acciones de una competidora norteamericana sólo podrían tener derechos políticos equivalentes al 25%.
Esta discriminación se resolverá, según la Comisión Europea, en una segunda fase del acuerdo, que podría empezar a negociarse en el año 2010.
Autopistas, intento fallido
Frente a todas las operaciones de fusión o adquisición mencionadas anteriormente, algunas finalizadas y otras aún en fase de proyecto, el sector de las autopistas se enmarcaría dentro de las operaciones abortadas desde los poderes políticos, cosa contra la que lucha la Comisión Europea, aunque con éxito irregular.
En la memoria de todos está el —de momento— fallido intento por parte de la española Abertis de entrar en el capital de la italiana Autostrade, como consecuencia de las trabas puestas por la autoridad reguladora de las autopistas de ese país, que por indicación del Gobierno puso tantas piedras en el camino a Abertis que ésta, finalmente, arrojó la toalla, aunque no para siempre.
En relación con este caso hay algunas fuentes que aseguran que las facilidades que ha dado el Gobierno español a Enel para entrar en la puja por Endesa se traducirán en alguna facilidad también para Abertis en su aventura italiana.
Además de la consolidación del Mercado Interior Europeo, otra de las razones de esta «lluvia de opas» es, según los expertos, que las empresas se ven obligadas a ganar tamaño si no quieren a su vez que otra venga y lo gane a costa de ellas. Se trata de defenderse antes de que vengan a por tí.
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