Prodi toma el pelo a Zapatero
No hay que ser un lince para observar la relación entre la entrada de Enel en Endesa y la operación de Telefónica en Italia. El pasado viernes, el Consejo de Ministros aprobaba el ejercicio de los derechos políticos de la italiana en la gran eléctrica española ninguneando las condiciones exigidas por la Comisión Nacional de la Energía (CNE).
Eso, para recuperar la confianza en los organismos independientes. "Las condiciones de la CNE no nos han parecido adecuadas". Era toda la explicación que De la Vega ofrecía para saltarse a la torera las recomendaciones del organismo encargado de velar por la regulación del sector eléctrico.
’Casualmente’, unas horas más tarde se filtra a la prensa italiana la operación de Telefónica sobre Telecom Italia. Es decir, una vez que la entrada de Enel en el mercado español está amarrada, Italia abre la puerta a la teleoperadora española. Nunca antes. Y más: la operación se filtra a Il Sole 24 Ore, el periódico económico propiedad de la patronal italiana. Todo queda en casa.
No se termina de entender la operación. Porque mientras que Enel terminará teniendo un 55 por ciento del capital y ejercerá el liderazgo en Endesa, Telefónica estará en minoría en Telecom Italia rodeado de capital latino dispuesto a defender la ’italianiedad’ de la compañía. En efecto, la compañía de César Alierta contará con un 10 por ciento del capital que le garantizará dos puestos en el consejo de administración. Pero estarán rodeados de Mediobanca, Intesa-Sanpaolo, Generali y Benetton tras el revuelo de que pudiera caer en manos extranjeras. Liberales que son algunosà
Es verdad que Telefónica será el único socio industrial. Pero tampoco eso es una ventaja. ¿Pretenden los italianos que Telefónica haga las infraestructuras de red que ellos no han hecho durante los últimos 20 años? ¿Quieren repetir la misma historia de Telefónica en Argentina? Por otra parte, no se entiende por qué Telefónica ha dado este paso. Su presidente, César Alierta, aclaró en una reunión con analistas que Italia no le interesaba, que lo consideraba un regalo envenenado y que no estaba dispuesto a dejarse enredar por los políticos. ¿Entonces? Alguien ha debido telefonear a don Cesáreo desde la Oficina Económica de Moncloa para que siga los protocolos del ’Pacto de Ibiza’.
El Gobierno quiere ’vender’ que el ’Pacto de Ibiza’ es un acuerdo estratégico latino en el que España e Italia reparten sus funciones para hacerse fuertes ante el eje franco-alemán. Italia se quedaría con la energía (incluida la compra de Repsol por ENI, que será el siguiente capítulo) y España abordaría las telecomunicaciones y las infraestructuras. Todo un timo ’a la italiana’ en el que el pobre de Solbes no ha participado. Porque Enel sí que ha entrado en Endesa. ENI probablemente desembarque en Repsol. Pero Telefónica se queda en minoría y de pagano en Telecom Italia. Y Abertis ya ha dicho que Autoestrade no le interesa si se recortan los peajes y los plazos de adjudicación. En resumen: Prodi le ha tomado el pelo a Zapatero.
No hay que ser un lince para observar la relación entre la entrada de Enel en Endesa y la operación de Telefónica en Italia. El pasado viernes, el Consejo de Ministros aprobaba el ejercicio de los derechos políticos de la italiana en la gran eléctrica española ninguneando las condiciones exigidas por la Comisión Nacional de la Energía (CNE).
Eso, para recuperar la confianza en los organismos independientes. "Las condiciones de la CNE no nos han parecido adecuadas". Era toda la explicación que De la Vega ofrecía para saltarse a la torera las recomendaciones del organismo encargado de velar por la regulación del sector eléctrico.
’Casualmente’, unas horas más tarde se filtra a la prensa italiana la operación de Telefónica sobre Telecom Italia. Es decir, una vez que la entrada de Enel en el mercado español está amarrada, Italia abre la puerta a la teleoperadora española. Nunca antes. Y más: la operación se filtra a Il Sole 24 Ore, el periódico económico propiedad de la patronal italiana. Todo queda en casa.
No se termina de entender la operación. Porque mientras que Enel terminará teniendo un 55 por ciento del capital y ejercerá el liderazgo en Endesa, Telefónica estará en minoría en Telecom Italia rodeado de capital latino dispuesto a defender la ’italianiedad’ de la compañía. En efecto, la compañía de César Alierta contará con un 10 por ciento del capital que le garantizará dos puestos en el consejo de administración. Pero estarán rodeados de Mediobanca, Intesa-Sanpaolo, Generali y Benetton tras el revuelo de que pudiera caer en manos extranjeras. Liberales que son algunosà
Es verdad que Telefónica será el único socio industrial. Pero tampoco eso es una ventaja. ¿Pretenden los italianos que Telefónica haga las infraestructuras de red que ellos no han hecho durante los últimos 20 años? ¿Quieren repetir la misma historia de Telefónica en Argentina? Por otra parte, no se entiende por qué Telefónica ha dado este paso. Su presidente, César Alierta, aclaró en una reunión con analistas que Italia no le interesaba, que lo consideraba un regalo envenenado y que no estaba dispuesto a dejarse enredar por los políticos. ¿Entonces? Alguien ha debido telefonear a don Cesáreo desde la Oficina Económica de Moncloa para que siga los protocolos del ’Pacto de Ibiza’.
El Gobierno quiere ’vender’ que el ’Pacto de Ibiza’ es un acuerdo estratégico latino en el que España e Italia reparten sus funciones para hacerse fuertes ante el eje franco-alemán. Italia se quedaría con la energía (incluida la compra de Repsol por ENI, que será el siguiente capítulo) y España abordaría las telecomunicaciones y las infraestructuras. Todo un timo ’a la italiana’ en el que el pobre de Solbes no ha participado. Porque Enel sí que ha entrado en Endesa. ENI probablemente desembarque en Repsol. Pero Telefónica se queda en minoría y de pagano en Telecom Italia. Y Abertis ya ha dicho que Autoestrade no le interesa si se recortan los peajes y los plazos de adjudicación. En resumen: Prodi le ha tomado el pelo a Zapatero.
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